(Leyenda de la Macarena, 1995)
- Mañana de un viernes santo, San Gil se viste de pena.
Un borracho tiró un vaso a la Virgen Macarena.
- Escrito está en la memoria de la historia de Sevilla,
por eso lleva la Virgen la señal en la mejilla.
- Y la Virgen Macarena con la herida del agravio,
le devuelve al pobre loco la sonrisa de sus labios.
- Pasó la centuria el arco, la Virgen vuelve a su templo.
Y un hombre pierde el “sentío” por la emoción del momento.
- ESTRIBILLO –
Y Sevilla lo vería, detrás de la Macarena,
con el alma “arrepentía”, y arrastrando unas cadenas,
por los restos de su vida.