(Sevillanas, 1971)
- Si yo tuviera
poder haría un río.
Si yo tuviera poder haría un río, haría un río,
que llegara
a Sanlúcar desde el rocío.
Y de romero y de jara, haría un barquito, haría un
barquito,
para pasear a la Virgen y al pastorcito.
Y así podría yo
ser, y el rociero, y el rociero,
más contento y orgulloso del mundo entero.
- Sobre la vela del
barco pondría un letrero.
Sobre la vela del barco, pondría un letrero, pondría
un letrero:
aquí va la más guapa del mundo entero.
Las olas tan orgullosas la
balancean, la balancean,
y el niño entre sus brazos no se marea.
Y to los peces del río, se van cruzando,
se van cruzando,
y a la Blanca Paloma piropeando.
- Yo aseguro que el
sol no se pondría.
Yo aseguro que el sol no se pondría, no se pondría,
por
alumbrar a mi barco por la bahía.
Y la luna celosa, le dice al sol, le dice al
sol,
déjame que a esta reina le alumbre yo.
Y los ciervos del
coto al mar se asoman, al mar se asoman,
pa
decirte a ti guapa Blanca Paloma.
- Si lo que yo había soñao hacer pudiera.
Si lo que
yo había soñao hacer pudiera, hacer
pudiera,
no me diera a mi cuidao
aunque muriera.
Moriría orgulloso y satisfecho, y satisfecho,
llevaría mi
medalla sobre mi pecho.
Y en un galope de
gloria me iría al cielo, me iría al cielo,
diciéndole adiós a la virgen con el
sombrero.