(En las puertas de la gloria, 2008)
- Vino a quejarse la luna de madrugada, de madrugada.
De madrugada, vino a quejarse la luna de madrugada, vino a quejarse, la luna.
De madrugada y a la orillita del rio las flores se marchitaban, se marchitaban y a oscuras.
Que cruzando el puente,
lloran las gitanas penas sobre el rio,
y el Cachorro muere, Dios mío.
- Y al otro lao mi Sevilla está floreciendo, ole.
Visten las murallas sus mejores galas y mantilla, camina la señora a Sevilla.
Guapa entre varales, flores de azahares y al cielo, se escapa tu figura, de caramelo.
Y claveles en san Lorenzo,
que le ayuden a caminar,
que le ayuden a caminar,
al señor de mi Sevilla.
- La noche pasa vestida de terciopelo, de terciopelo.
De terciopelo a noche pasa vestida de terciopelo, pasa vestida, la noche.
De terciopelo, y bajo un palio moreno su llanto rompe el silencio, rompe el silencio a voces.
Que una cruz a cuesta,
lleva el nazareno, cubierto de lirio,
pena en la alcazaba, Dios mío.
- Y en la giralda no duerme su giradillo, ole.
Suenan las campanas entre sevillanas y lamentos, llorando los clarines, ay al viento.
Una estrella sola su amargura llora sintiendo,
angustia en los gitanos, ay misterio.
Y la noche entre martinetes
va meciendo la soledad,
va meciendo la soledad,
por las calles de Sevilla.