(A compás, 1990)
- Ardía la leña y haciendo crujir la rama,
rompiendo nuestro silencio, rompiendo
nuestras miradas.
Rompiendo nuestras miradas, la llama de la candela,
iba
alumbrando tu cara y al fuego tus ojos verdes bailaron por sevillanas.
-
Entre aquellos eucaliptos cuando el coto se oscurece,
cuando bailan las estrellas y los pinares se duermen.
Y los pinares se duermen, al compás de una
guitarra que muy bajito te quiere,
el canto de la chicharra que por matojos se
pierde.
-
El relincho de los potros y la brisa marinera,
hacen eco en la rocina y se mece
entre la arena.
Y se mece entre la arena, y por las sombras del coto se
susurran las carretas,
que hablan de nuestros amores con el tomillo y la menta.
-
Los años fueron muriendo pero el recuerdo perdura,
como puede borrar el tiempo
la pasión y la locura.
La pasión y la locura, nostalgia de aquellas noches llenas
de amor y ternura,
que herramos dos corazones con los reflejos de luna.
-
ESTRIBILLO –
Tus ojos como brillaron,
que en mi alma se clavaron,
y hasta me
dio escalofrío,
y ya no pude olvidar esa noche del rocío.