(Coge el compás, 1992)
- Por qué bajas la
mirada madre mía del Rocío,
si para verme en tus ojos de peregrina he venido.
- De qué color son
tus ojos, madre mía del Rocío,
son del color de la noche, el pastorcito me
dijo.
- Tiene mi virgen
el semblante de niñita enamorada,
que
a los primeros piropos sonríe ruborizada.
- Yo quisiera
paloma para estar también alada,
y al juguetear con tu pelo levantases la
mirada.
- ESTRIBILLO –
No me
digas,
que te da vergüenza, (4)
que te da vergüenza, (4)
que todos alabemos tanta belleza.