(Sevillanas del buen rociero, 1973)
- Promesas no son promesas sino cuesta lo ofrecido,
la mía si que es promesa porque no voy al rocío.
Aunque yo vaya descalzo (bis)
sin hablar y sin beber vino,
siempre me queda el consuelo de estar haciendo el camino.
A la virgen yo le ofrezco (bis)
este sacrificio mío, un año entero sin verla en su ermita del rocío.
- A mitad de la mañana el pueblo ya no es el pueblo,
que se han ido las carretas verea adelante a gelo,
ni el tamboril y las palmas (bis)
y el quehacer del cohetero se escucha ya por las calles tristes y solas del pueblo.
Que siete días me esperan (bis)
peregrino y rociero, por carriles de nostalgia de añoranzas y recuerdos.
- Tamborero de Bollullos maestro de los maestros,
que juntos hicimos el camino del verano rociero,
con el tambor a las espaldas, (bis)
heraldo de cien romeros tu ibas anunciando a los pinos que Gines te iba siguiendo.
Al que no sienta el rocío (bis)
le puede sonar a cuento que un repique de tambor aviva los sentimientos.
- Este año madre mía no podré verte en la calle,
que en esas fechas de mayo mi mujer puede ser madre,
en septiembre con la luna, (bis)
vendimiadora y caliente, hice un injerto de vida en el tronco de su vientre.
Cuando pasen nueve lunas (bis)
en las noches rocieras, pasare mi romería esperando junto a ella.
- Promesas no son promesas sino cuesta lo ofrecido,
la mía si que es promesa porque no voy al rocío.
Aunque yo vaya descalzo (bis)
sin hablar y sin beber vino,
siempre me queda el consuelo de estar haciendo el camino.
A la virgen yo le ofrezco (bis)
este sacrificio mío, un año entero sin verla en su ermita del rocío.
- A mitad de la mañana el pueblo ya no es el pueblo,
que se han ido las carretas verea adelante a gelo,
ni el tamboril y las palmas (bis)
y el quehacer del cohetero se escucha ya por las calles tristes y solas del pueblo.
Que siete días me esperan (bis)
peregrino y rociero, por carriles de nostalgia de añoranzas y recuerdos.
- Tamborero de Bollullos maestro de los maestros,
que juntos hicimos el camino del verano rociero,
con el tambor a las espaldas, (bis)
heraldo de cien romeros tu ibas anunciando a los pinos que Gines te iba siguiendo.
Al que no sienta el rocío (bis)
le puede sonar a cuento que un repique de tambor aviva los sentimientos.
- Este año madre mía no podré verte en la calle,
que en esas fechas de mayo mi mujer puede ser madre,
en septiembre con la luna, (bis)
vendimiadora y caliente, hice un injerto de vida en el tronco de su vientre.
Cuando pasen nueve lunas (bis)
en las noches rocieras, pasare mi romería esperando junto a ella.