(Amapola, 1986)
- Que no se pierda dios mío esa hilera de carretas,
- Que no se pierda dios mío esa hilera de carretas,
tan blanca como luceros, tan blanca como luceros
que va tirá por los bueyes a la voz del carretero.
- Que siga el tamborilero anunciando el nuevo día,
y que no se apague el fuego, y que no se apague el fuego,
de nuestra fe rociera por caminos y senderos.
- Que rasgueen las guitarras en las noches de palacio,
y se acenicen los troncos, y se acenicen los troncos,
mientras te canto Rocío hasta que me quede ronco.
- Que sigan las hermandades por los caminos de siempre,
y que suenen los cohetes, y que suenen los cohetes,
portadores de alegría cuando crucemos el puente.
- ESTRIBILLO -
Y el simpecao,
que parece que del cielo los ángeles lo han bajao,
que no le falte Dios mío rocieros a su lao.