(Sevillanas, 1982)
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Y tú te quitas descanso viniendo de peregrino,
y te levantas temprano al campo pa coger lirios.
Y en el despuntar del
sol entre la noche y el día,
cogiendo lirios en flor recorres la arena fría.
Cuando
te llame la Virgen,
y estés a las puertas del cielo no llames por la mirilla,
dile
que cogiste lirios pa el simpecao de Sevilla.
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Antes de entrar en la raya adelantaste el paso,
no te molestó el calor ni te lo impidió
el cansancio.
Cuando entramos en la raya nos regalaste romero reliquia,
que yo
conservo de mis pasos rocieros.
Sudorosos
y cansados por las arenas calientes,
entre la jara y los pinos hermana, que
suerte tuve de hacer contigo el camino.
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Algarrobales de Lopaz que rozáis el simpecao,
no arañármelo por Dios que es
terciopelo bordao.
Las manos que lo
bordaron y con cariño lo hicieron,
un manto para la Virgen están bordando en el
cielo.
Ten
cuidao alcalde carreta que no se
rompa una rama,
y se desprenda una astilla que desgarre,
al simpecao de mi
hermandad de Sevilla.
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Va camino del rocío para ofrecerla en el templo,
con su hija en las entrañas y
los dolores por dentro.
Unos ratos en carreta otros momentos andando,
nunca puso
mala cara los dolores aguantando.
A
la vuelta del camino la Virgen le ha regalao,
y su casa ha bendecío con una niña
morena que se llama del Rocío.