(Y que no
falte de na, 1984)
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Como me duele Sevilla con su manera de ser.
Arrogante y atrevida, indiferente a
la vez,
silenciosa y recogida cuando mira al Gran Poder.
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Como me duele Sevilla cuando se pone a cantar.
Al Cristo por seguirillas un
viernes de madruga,
que hasta el aire estremecido se para rezar.
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Como lloraba el poeta aquél día que se fue.
Con una herida de ausencia soñando
volverte a ver,
ay que la rosa y la fuente que están llorando por él.
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Como le duele a Sevilla con tu silencio mortal.
De maestranza y capilla al
torero va a jurar
que en una tarde de feria con poder triunfar.
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ESTRIBILLO –
Sevilla, rosal de espina, espada y rojo clavel,
que en el alma me
lastima,
cómo me duele Sevilla con su manera de ser.
