(Llegó la
primavera, 1988)
- La fiesta termina y el rocío no acaba,
“pa” aquellos que quieren volver a mirarla.
La Blanca Paloma en su ermita blanca espera al que llega,
por esos caminos de fe y esperanza.
- No se oyen cohetes, ni suenan campanas,
cuando voy a verte, Virgen Soberana.
Me gusta el silencio, de aquellas mañanas,
mañanas de invierno, cuando en la marisma se refleja el templo.
- “To” el año “pa” verte, Virgen Rociera,
qué grande es la suerte tenerte a mi vera.
Soñando alcanzarte de lejos te llegan solo para amarte,
te encienden las velas y rezan la salve.
- Romero que andando llegas a sus plantas,
cualquier día del año puedes alcanzarla.
Que a la aldea se llega por muchos caminos,
de muchas maneras siempre hay un motivo “pa” llegar hasta Ella.
- ESTRIBILLO -
Que el rocío no acaba,
mientras un peregrino, levante la cara,
y rece en silencio, bajo su mirada.