(Toreando el
tiempo, 1996)
Cuando
el rocío dormía mi Triana caminaba,
con la luz del simpecao por en medio de la
raya.
Las cigüeñas del palacio entre la penumbra
vieron una carreta de plata
rodeada de romeros,
que cantaban a la Virgen y a su paso le dijeron:
esa es Triana,
esa es Triana.
Que
gente más rociera caminito del rocío,
Triana cruzó la raya cuando no había amanecío.
Siempre junto a la carreta
haga calor o haga frío,
siempre con su chiquitita, derramando señorío, esa es Triana.
Con
un manto de rocío la marisma amaneció,
y al llegar al Ajolí toda Triana lloró,
y seguimos caminando hacia la presentación,
cansados pero contentos embriagados
de emoción,
y en la puerta de la ermita un grito fuerte sonó:
esta es Triana,
esta es Triana.
Que
gente más rociera caminito del rocío,
Triana cruzó la raya cuando no había amanecío.
Siempre junto a la carreta
haga calor o haga frío,
siempre con su chiquitita, derramando señorío, así es Triana.