(Puente de
barcas, 1981)
- La luna del Viernes Santo dicen
que tiene promesa,
en salir de madrugada cada vez que salga Ella.
Se acabó la madrugada ya regresa la Esperanza
a su barrio de Triana,
y la luna entristecida se pierde por la mañana.
- Cristo de la Expiración siempre
muriendo en Triana,
enamorado del cielo de la noche sevillana.
No lo puedo comprender, pero con el
Viernes se hace mía tu agonía,
por eso sigo tus pasos Cachorro del alma mía.
- Se acerca como dormida en la
sombra de la noche,
despidiendo luminaria como los brillos del cobre.
Es la Virgen de la O, la que sueña hora
tras horas con el hijo que ha perdío,
la que se encuentra tan sola junto a la orilla del río.
- La vi venir desde lejos entre la plata
y la cera,
pensé que sería un lucero, pensé que sería una perla.
Más cuando la vi pasar, entre un mar
de devociones,
como una rosa temprana entre su gente a la estrella caminito de
Triana.