(Mis dos orillas, 1987)
- Todo el que venga a la ermita que venga para quererla.
Que
no es ley de peregrino caminar para ofenderla.
- Todo el que en mayo se asome pa contemplarla de cerca.
Sus plegarias y canciones que entre los
pinos florezcan.
- Todo el que tenga una casa la ofrezca de par en par.
Que
no tenga el peregrino de puerta en puerta llamar.
- Que se olviden los romeros de rencillas y peleas.
Que el
amor entre hermandades resplandezca por la aldea.
- ESTRIBILLO -
La Virgen teme que de la hora,
que de la
hora, que de la hora,
y aunque es triste,
todo es un desaire,
todo es un desaire,
la Virgen llora,
la Virgen llora, llora.