(Vive la
noche, 1983)
-
Almonteño escúchame que tengo la boca floja.
La gente os critica, y sé tantas
cosas que yo no sabía,
que cuando las supe ni me las creía.
Que el lunes de
fiesta, allá en el rocío,
ya no existe el alba, porque muy de noche vaya a despertarla.
Tú
que la quieres de veras,
almonteño a tu Pastora porque no dejas ese día,
que la despierte
la aurora con tambor y la alegría.
-
La reja vas a saltar como hiciste desde niño.
Todo el mundo sabe, que es cosa
muy vuestra llevarla hasta el pozo,
para que allí beba sobre vuestros hombros.
Pero
no dejáis, que nadie se acerque a la parihuela,
y usáis vuestra fuerza con aquél
que llega.
Tú
que la tienes to el año,
tan cerquita
de tu casa, porque no deja ese día,
que los varales y el manto los abrace Andalucía.
-
Viva la hospitalidad que tienen los rocieros.
La Virgen no quiere que cortéis
el paso a los peregrinos,
que vienen de lejos haciendo le camino.
Y lloro de
pena porque cuando Gines llegó hasta su puerta,
no pudo cruzarla aunque estaba
abierta.
Tú
que la tienes to el año,
tan cerquita
de tu casa, porque no deja ese día,
que pueda entrar en la ermita a rezarle Andalucía.
-
El rocío seguirá siendo el rocío divino.
Las cosas se olvidan y el año que
viene vendremos a verla,
con cantos y rezos mi reina almonteña.
Que la violencia
se la lleve el aire y viva el quejío,
la salve romera y el verde rocío.
Tú
que la quieres de veras,
almonteño a tu pastora porque no dejas ese día,
que haya
un abrazo de hermano y almonteños que alegría.