(Gaviota
libre, 1987)
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Turbios están tus ojos, almonteño,
tus manos inquietas, muchos corazones
palpitan por Ella,
por ser el primero y en saltar la reja.
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Tú tienes la camisa, almonteño,
bañada en sudores, se acerca el rosario que
nadie se atreva,
que para llevarla fue larga la espera.
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Te pasas todo el año almonteño,
soñando ese día, por verla en tus hombros a la amanecía,
cada primavera tu vida darías.
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Que te importa el momento almonteño,
si es de madrugada, estar impaciente se ve
tu mirada,
que cada momento la virgen te llama.
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ESTRIBILLO -
Se acerca la hora,
ya por la laguna la luna se asoma,
salta que
Ella quiere,
quiere volar la paloma.