(Baila
conmigo, 2003)
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Tengo un compadre almonteño que no lo cambio por na,
y pongo todo mi empeño en conservar su amistad.
Discutimos de
caballos, salimos de cacería (bis)
pero cuando mayo nos vamos de romería.
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Tengo un compadre almonteño cristiano y hombre de bien,
rociero y marismeño que
presume de su fe.
Lleva al cuello la medalla, de su virgen del Rocío (bis),
y
me la da por la raya pa que adorne le
pecho mío.
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Tengo un compadre almonteño que a mí me enseño a rezar,
y soñamos siete sueños
a la vera de su altar.
En la marisma galana o en la aldea de la rocina (bis)
cantamos
por sevillanas a la pastora divina.
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Tengo un compadre almonteño que por la gracia de dios,
y es el mejor lugareño que
en la marisma nació.
Bebe conmigo ese vino de la fe y el sentimiento (bis)
y me
enseña esos caminos del rocío que yo siento.
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ESTRIBILLO –
Y me dice hermano,
dándome un abrazo (bis)
y me lleva de la mano
hasta debajo del paso.