(Cenicienta gitana, 2002)
- Cada vez que te nombran, Sevilla yo no puedo evitar presumir.
Nueve puentes, dos orillas, el espejo de un Guadalquivir
y una gente -tan sabia y sencilla que trabaja y que sabe vivir...
Sevilla, azahar, peina, mantilla, alma y nombre de mujer
¿quién no hubiera elegío a Sevilla, ¡Sevilla, para nacer?
- Tu eres musa que inspira al poeta, -manantial de color y de luz-.
Tus silencios, tus saetas y tus Cristos muriendo en la Cruz,
celosías, balcones, macetas bajo un cielo preñado de azul...
Sevilla, guarda el cielo en sus capillas: el Cachorro, el Gran Poder,
¿Quién no hubiera elegío a Sevilla, ¡Sevilla!, para nacer?
- Cuando marzo te trae primavera no hay pintor que te sepa pintar...
Tus rincones, tus plazuelas, tus naranjos de blanco azahar,
tus paseos de esbeltas palmeras, tus barquillas soñando la mar...
Sevilla, la de un sueño a cada orilla, la de hoy y la de ayer,
¿Quién no hubiera elegío a Sevilla, ¡Sevilla!, para nacer?
- ¿Quien no hubiera escogío tu cuna si es que hubiera podido elegir?...
¿Quién no espera la fortuna de quedarse contigo a vivir,
quien no sueña un bautizo de luna en tus noches serenas de Abril?...
Sevilla, relicario y maravilla, mora y cristiana a la vez
¿Quién no hubiera elegío a Sevilla, ¡Sevilla!, para nacer?
