lunes, 6 de abril de 2020

Domingo de Ramos

(Del alma de Sevilla, 2004)


- Nazarenitos de armiño regueros de savia nueva,
de nuevo en Jerusalén se convirtió la plazuela.
Van proclamando a los vientos por si alguien no se entera,
por si alguien no se entera, que Dios regaló a Sevilla luz de eterna primavera.

Ya salió la Borriquita,
y seis tramos de chiquillos,
gritan osana en el cielo,
a la forma sevillana, vestíos de nazareno.


- Ay placita de Molviedro donde de niño jugaba,
rincón de las correrías de mi infancia sevillana.
De mi infancia sevillana,
cada domingo de ramos, cada domingo de palmas,
hoy te veo revestida de incienso por las entrañas.

Que a Jesús lo han despojao,
¡ay placita de Molviedro!
y a mí se me rompe el alma,
viendo el dolor de María,
que misericordia clama.


- Esperando la Victoria de la paz sobre la tierra.
De la paz sobre la tierra,
esperando la victoria de la paz sobre la tierra,
se abrió el domingo de ramos por las blancas callejuelas.
Yo esperando el porvenir
y el porvenir que se acerca,
y el porvenir que se acerca,
vestío de parque verde bajo la azul primavera.

Que abra paso el escuadrón
porque en Sevilla se adentra, porque en Sevilla se adentra,
ya mi blanca cofradía que es de la Paz pregonera.


- Cuerpo y sangre, pan y vino, santísimo sacramento.
Cuerpo y sangre, pan y vino,
santísimo sacramento, santísimo sacramento,
túnicas blancas de cola, eucarístico cortejo.
Eucarístico cortejo, claveles,
gladiolos, lirios, corneta, tambor, silencio.
Amor humilde y paciente, calle sol saeta y rezo.

Y entre varales de palio,
subterráneo de la pena radiante como un lucero
su cara es como un jazmín puro del compás de los tercero.


- San Julián es mi barrio y a barrio huele.
Bendita madre Hiniesta, Sevilla se arrodilla ante tu pena,
igual que ante tu hijo, la Magdalena.
El domingo de ramos, cogidos de la mano de mis recuerdos,
vuelven azul y plata mis sentimientos.

Bendita madre Hiniesta
mi ilusión cada o vuelve a tu vera, 
San Julián vestida de vez primera.


- A compás la cera llora, dijo el verso del poeta.
Al verte pasar señora gracia y esperanza nuestra.

Sigue la cera llorando,
y la luna se da prisa, y la luna se da prisa
por darle luz a tu manto de muerte en caballerizas.


- Cuando el Domingo de Ramos se asoma por las ventanas,
vuelvo al río y cruzo el puente porque me llama Triana.
Cuando el Domingo de Ramos se asoma por las ventanas, 
se asoma por las ventanas, vuelvo al río y cruzo el puente porque me llama Triana.
Y vuelvo a renacer de ese letargo,
al que me ata de manos mi destino,
aunque el año de espera siempre es largo,
a los hombros del tiempo yo me cargo la cruz que me ha tocao en el camino.

Pero el domingo de ramos,
mis penas ya son las mismas,
penas que mi Cristo lleva,
y los dos nos consolamos con Triana y con la Estrella.


- Ya se ciñen los costales fuerte a las trabajaderas.
Ya se ciñen los costales fuerte a las trabajaderas,
fuerte a las trabajaderas,
ya se ciñen los costales fuerte a las trabajaderas.
Que Herodes a despreciao a ese que en silencio queda,
a ese que en silencio queda, y que llevan como nadie gente de los Villanueva.

Que hay que pasear a Cristo como Sevilla lo manda,
con maestría y finura, a ver si no pena tanto, mi virgen de la Amargura.


- Cristo muere por amor y eso Sevilla lo sabe.
Lo sabe el viento, la flor y el silencio de sus calles.

Ya se ha enlutao la tarde,
ya no se escucha un tambor,
y en un monte de claveles,
viene Jesús salvador,
que por amor se nos muere.