domingo, 12 de abril de 2020

Viernes Santo (Madrugada) - Del alma de Sevilla

(Del alma de Sevilla, 2004)


- Silencio que ya viene.
Ya cruza como una espada que atraviesa una llaga,
encarnada y doliente se abre paso elevando su cruz entre la gente.
Silencio que ya viene,
derramando azahares, con san Juan a su lado
María concebida sin mancha de pecado.

Silencio por las calles,
silencio por el aire,
silencio en las esquinas
que Jesús nazareno en silencio camina.


- Perdona si me tiembla la voz cuando te hablo,
y escúchame Gran Poder.
Hoy me encontré con tu cara,
en un niño que lloraba
mientras su madre pedía,
lo que a mí nunca me falta, nuestro pan de cada día.
Y en el rostro de esa madre
sentí que el mayor dolor que pudiera sufrir nadie,
le traspasó el corazón (bis)

Porque nunca falte el pan,
porque florezca la paz,
y el amor en nuestras manos,
que haya justicia y verdad,
mi gran poder sevillano.


- Ya han dictao la sentencia cerca de la Resolana.
Como un reo caminando, poco a poco cruza el arco,
en busca de la mañana, custodiao por corazones, de la centuria romana.
Pero esos hombres no son de la legión de Pilatos,
tras esas corazas brillan, la gracia marcando el paso, de la gente de Sevilla.

Esa centuria de armaos, desfilando a paso lento,
va custodiando la pena, por la que se muere un tiempo Sevilla en la Macarena.


- Como me duelen tus llagas sobre el calvario enclavao.
Le oí decir a Sevilla al verte crucificao.

Presentación no me llores,
que tu llanto es mi condena (bis)
al alba del Viernes Santo
¡ay! flor de la Magdalena.


- Calle larga, barrio grande capilla de los amores.
Calle larga, barrio grande, capilla de los amores,
rincón de emociones viejas bajo pétalos de flores.
La Esperanza da sentido, a que Dios caiga tres veces,
y aunque tres veces caío,
Triana a Cristo lo mece ¡ay! calle de los suspiros.

Calle de un año esperando,
calle de llanto de corneta,
calle que calla y que reza,
el corazón de Triana late por calle pureza.


- “Sevilla vete a buscarlo que me han dicho los gitanos
que al Señor de la Salud le pesa menos su cruz rodeao de sevillanos”
Aquél que viene de lejos entre esos cuatro faroles es Jesús de Nazaret.
El salvador de los hombres,
el que reparte salud sin preguntar nombre o razas,
el que predicó el amor y quita angustias amargas.

A ese que todos le lloran acércate sevillano
y verás como le implora su hermandad de los gitanos.