sábado, 10 de marzo de 2018

Que no me la cambien - Manolo Jurado



(Con Sevilla en mis labios, 1997)

- Contemplar sus hermosos atardeceres desde la Macarena.
Las murallas y un arco que te dice que allí vive la reina.
Pero no puede ser, eso ya no puede ser,
que hay un puente en mi barqueta,
y el cielo al atardecer no parece lo que era.

- Pasear como niño enamorado por sus calles estrechas.
Sus corrales, macetas de albahaca, jazmín  y yerbabuena.
Pero no puede ser, eso ya no puede ser,
porque apenas quedan barrios,
solo grandes edificios sin macetas ni geranios.

- Escuchar en las noches de verano un cante en las tabernas.
Donde el duende asomaba a las gargantas quitándote las penas.
Pero no puede ser, eso ya no puede ser,
porque el duende se está yendo a buscar en otra parte,
lo que aquí se va perdiendo.

- Descubrir ese buda sevillano sentaito en su silla.
Escucharlo a gusto en una tasca cantarle a su Sevilla.
Pero no puede ser, eso ya no puede ser,
el Pali que la pregonaba se marchó a buscar la gloria la Sevilla que el soñaba.

- ESTRIBILLO –
Que no me la cambien,
que me gusta como era,
que no cambien mi ciudad,
que mi Sevilla es eterna y eterna siempre será.