(Vivir
Sevilla, 1988)
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Te pruebas frente al espejo, el traje de sevillana, el traje de sevillana.
Te pruebas
frente el espejo el traje de sevillana,
te das la vuelta bailando y otro
volante le hilvanas, otro volante hilvanas.
Y otro volante le hilvanas y otro
volante le hilvanas,
con las tirillas de encaje y lazo de seda grana, lazo de
seda grana.
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Relías el mantoncillo ajustao a la cintura, ajustao a la cintura.
Relías el mantoncillo ajustao a la cintura, como lo vistió tu
abuela
y las sevillanas puras, las sevillanas puras.
Y las sevillanas puras, y
las sevillanas puras, sin más adorno en el talle
que el garbo de su figura,
garbo de su figura.
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Terminas de estar flamenca cuando te clavas los peines, cuando te clavas los
peines. Terminas de estar flamenca cuando te clavas los peines,
y te prendes en
el moño un par de rojos claveles, par de rojos claveles.
Un par de rojos
claveles, un par de rojos claveles,
que jueguen con los colores de los aros y
pendientes, los aros y pendientes.
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Y delante del espejo te pruebas por sevillanas, te pruebas por sevillanas.
Y delante
del espejo te pruebas por sevillanas, quieres ver cómo te queda
el vestío mientras bailas, vestío mientras bailas.
El vestío mientras bailas, el vestío mientras bailas,
que el vuelo de
los volantes vaya al compás de las palmas, al compás de las palmas.
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ESTRIBILLO –
Frente al probador dibuja mi amor, frente al probador,
esa portada
de feria con la sueña un pintor, la que sueña un pintor.