viernes, 30 de marzo de 2012

Lo encontré al cruzar el puente - Marismeños


( Agua de coco, 1979)

- Lo encontré al cruzar el puente una tarde muy temprano,
y le dije: -adiós, Cachorro- a ese Cristo tan gitano.
En su frente una corona de rosales y de espinos,
y la sangre le chorrea por su semblante divino.

- Me quedé mirando un rato sus heridas y sus llagas,
y esos ojos tan oscuros donde la vida se apaga.
La silueta del madero en el aire recortada,
el desgarro de sus manos y la tremenda lanzada.

- Cuando ya lo tuve cerca me corrió un escalofrío,
y al mirar tanta amargura sólo le dije: -Dios mío-.
Con los labios "apretaos" y un puñal en la garganta,
le seguí llorando a mares aquella Semana Santa.

- Cada vez que lo recuerdo hasta el sueño me abandona,
¡qué tremendo sacrificio el de su santa persona!
Aún me veo tembloroso entremedio de la gente,
cuando me encontré al Cachorro muerto en la cruz por el puente.

- ESTRIBILLO -
Y como no sé rezar (bis),
yo me puse de rodillas,
y lo acompañé al portal,
de su calle de Castilla.





Manuel Pareja Obregón (Sevillanas Antológicas, 1983)