(Ya llega el día, 1992)
- No me limpies tu los botos déjalos como han venido,
que son como dos tesoros son de mi primer Rocío,
eso no es cosa de limpio pero es que a mi me da igual,
que esa arena la he cogido andando con mi hermandad.
Andando con mi hermandad
me metí bajo la Virgen me pisaron almonteños,
no me limpies tu los botos que son parte de mi sueño.
- No desmontes la carreta déjala como ha llegado,
que recuerde su camino detrás de mi simpecado,
en las paras rociera o en las arenas “enterrá”
por favor no la desmontes déjala tal como esta.
Déjala tal como está,
que recuerde su camino entre lirios marismeños,
no desmontes la carreta porque es parte de mi sueño.
- No me arregles la guitarra que con esas cuerdas viejas,
le toqué mil sevillanas hasta llegar a su reja,
y las cuerdas que le faltan no las vayas a cambiar,
que ella quiso sonar tanto que murió bajo su altar.
Que murió bajo su altar,
y en el camino de vuelta ella sonaba en silencio,
no me arregles la guitarra porque es parte de mi sueño.
- No me guardes mi medalla que esa volverá conmigo,
la colgaré de mi cama y con ella contaré,
día a día el calendario que acaba en Pentecostés.
Que acaba en Pentecostés
me hará sentir peregrino en frías noches de invierno,
no me guardes mi medalla que es la reina de mis sueños.
- No me limpies tu los botos déjalos como han venido,
que son como dos tesoros son de mi primer Rocío,
eso no es cosa de limpio pero es que a mi me da igual,
que esa arena la he cogido andando con mi hermandad.
Andando con mi hermandad
me metí bajo la Virgen me pisaron almonteños,
no me limpies tu los botos que son parte de mi sueño.
- No desmontes la carreta déjala como ha llegado,
que recuerde su camino detrás de mi simpecado,
en las paras rociera o en las arenas “enterrá”
por favor no la desmontes déjala tal como esta.
Déjala tal como está,
que recuerde su camino entre lirios marismeños,
no desmontes la carreta porque es parte de mi sueño.
- No me arregles la guitarra que con esas cuerdas viejas,
le toqué mil sevillanas hasta llegar a su reja,
y las cuerdas que le faltan no las vayas a cambiar,
que ella quiso sonar tanto que murió bajo su altar.
Que murió bajo su altar,
y en el camino de vuelta ella sonaba en silencio,
no me arregles la guitarra porque es parte de mi sueño.
- No me guardes mi medalla que esa volverá conmigo,
la colgaré de mi cama y con ella contaré,
día a día el calendario que acaba en Pentecostés.
Que acaba en Pentecostés
me hará sentir peregrino en frías noches de invierno,
no me guardes mi medalla que es la reina de mis sueños.
