(Sevillanas, 1989)
- Donde
el Guadalquivir, muere se despierta Bajo Guía.
Se despierta Bajo Guía, se despierta Bajo Guía,
donde el Guadalquivir muere,
barrio de la
tierra mía, donde el sol de noche duerme.
Donde el sol de noche duerme, donde el
sol de noche duerme,
barrio de la tierra mía,
en la arena de tus playas,
hay una historia escondía.
Son
tus gentes marineras
con sus risas y quebrantos,
con sus risas y quebrantos,
y
al amanecer del día
a la mar salen los barcos.
- Ese
viejo marinero la barra mira to el día,
la barra mira to el día, la barra
mira to el día,
ese viejo marinero,
acordándose del barco
solo con la mar y el cielo.
Solo con la mar y el cielo, solo
con la mar y el cielo,
acordándose del barco,
y en su barrio marinero siguen
los años pasando.
Ya no
puede ir a pescar,
porque la fuerza le faltan, porque la fuerza le faltan,
él
se alegra con mirar, los barquitos por la barra.
- Qué
triste son los sudores de babor hasta estribor,
de babor hasta estribor, de
babor hasta estribor,
que triste son los sudores, cuando en la mar trabajando
solo vive de ilusiones.
Solo vive de ilusiones, solo vive de ilusiones,
cuando
en la mar trabajando,
y recuerda con canciones que alguien te sigue esperando.
To se vuelve realidad,
cuando por la punta
entramos,
cuando por la punta entramos
y al salirte a bajo guía te siguen
esperando.
- Los
niños están en la playa madurando su destino,
madurando su destino, madurando
su destino,
los niños están en la playa,
juegan a ser pescadores,
el padre dice
no vaya.
El padre dice no vaya, el padre dice no vaya,
juegan a ser pescadores,
no se fía de sus destinos,
como hicieron sus mayores.
Algún
día serán hombres,
y sus vidas cambiarán, y sus vidas cambiarán,
y a su barrio Bajo
Guía por los mares añorarán.