(Luces de
la tierra mía, 1986)
- El fuego del mediodía, adormece los esteros, ay los esteros. Adormece los esteros, el fuego del mediodía, adormece los esteros y en los barcos de la ría sestean los marineros. Sestean los marineros, el blanco de las salinas le pone el color al cuerpo, la canoa en su salida, música le manda al viento.
- El fuego del mediodía, adormece los esteros, ay los esteros. Adormece los esteros, el fuego del mediodía, adormece los esteros y en los barcos de la ría sestean los marineros. Sestean los marineros, el blanco de las salinas le pone el color al cuerpo, la canoa en su salida, música le manda al viento.
- Y mientras surcan las olas, a compás y a paso lento, a paso lento. A compás y a paso lento y mientras surcan las olas a compás y a paso lento Huelva sale por fandangos y el Odiel guarda silencio. Y el Odiel guarda silencio cuando suena una guitarra despiertan los marineros se despiden de la ría y surcan la mar adentro.
- Cantando van en la proa, preparando los arreos, ay los arreos. Preparando los arreos, cantando van en la proa, preparando los arreos, buena pesca les aguarde, buen trabajo y buen regreso. Buen trabajo y buen regreso, qué larga es la singladura, qué triste se hace el recuerdo, cuántas miradas ausentes, cuántos tiernos pensamientos.
- Acercándose a la barra, ya vienen los marineros, los marineros. Ya vienen los marineros acercándose a la barra ya vienen los marineros ya se asoman a la ría y saludan al conquero. Y saludan al conquero, y Huelva con alegría y con los brazos abiertos, le reciben con fandangos a golpe de sentimiento.
- ESTRIBILLO –
A la mar,
a la mar que espera, van los marineros,
y que siempre vuelvan con suspiros nuevos.
A la mar,
a la mar que espera, van los marineros,
y que siempre vuelvan con suspiros nuevos.