(Pastora,
Rocío y Madre, 1984)
- De siete
en siete años Rocío llega, Rocío llega.
Rocío llega, de siete en siete años, Dios
mío, Rocío llega,
deja sola su ermita, sola su aldea.
No es camino de fiesta
(bis),
ni romería el rociero canta, Dios
mío, Ave María.
Qué pena da
tu aldea (bis) sin ti Rocío,
el rocío es Almonte, Dios mío, si tú has “venío”.
- Que
bonito el camino, por Tanajales, por Tanajales.
Por Tanajales, que bonito el
camino, Dios mío, por Tanajales
“apiñaito”
a Ella somos iguales.
Es tan humano, tú Rocío Señora es tan humano,
que junto a
ti Pastora, Dios mío somos hermanos.
Que
bella va la noche (bis) limpio el camino,
las hogueras alumbran, Dios mío al
peregrino.
- La luz de
los tractores, va reflejando, va reflejando.
Va reflejando, la luz de los
tractores, Dios mío va reflejando
el paso de la Virgen y yo, rezando.
Es de noche con Ella (bis) pisando
lirios
y el sol se va acercando, Dios mío a ti, Rocío.
Ay qué
momento Madre (bis) de tu llegada
las penas del camino, Dios mío, parecen nada.
- Me ha
dicho un almonteño, de corazón, de corazón.
De corazón, me ha dicho un
almonteno Dios mío de corazón,
que cambia su escopeta por un cañón.
Y la
pólvora Madre (bis), que da la muerte
la tira un almonteño, Dios mío, para quererte.
Ya llega la
Pastora (bis), al Chaparral,
aquel que aquí no llora, Dios mío ¿Cuándo lo hará?